Claudia lloraba de noche

Claudia lloraba de noche, a oscuras, en su habitación, ahogando sus penas bajo las sábanas, para que nadie en la casa pudiera oírla.

Se quitaba el maquillaje con el que conseguía disimular su tristeza, debía ser buena en la técnica, o importarle menos a los suyos de lo que pensaba, porque en vez de palabras de aliento se encontraba con reproche tras reproche. Ella prefería creer que era lo primero, que se había convertido en una gran maquilladora, maquilladora de sentimientos.

Claudia lloraba de noche, pero a decir verdad no sabía porqué lloraba, sólo sabía que se sentía mal, triste y sola, y lo peor de todo, estaba empezando a disfrutar de dicha soledad.

Se sentía a gusto con su presencia, se miraba al espejo y se gustaba, o quizá se horrorizaba tanto al verse en él, que no quería que nadie la viera, que nadie lo oyera.

Claudia lloraba de noche, y no reía de día. Claudia no vivía, solo pasaba los días.

Claudia lloraba de noche y a veces se asustaba de hacerlo, porque en tal caso nunca conseguiría ser feliz, porque ese sentimiento nunca le abandonaría.

Claudia lloraba de noche y yo no sé como consolarla.

[Sonando: "Los chicos no lloran" de Miguel Bosé]